Fue a partir de los años sesenta, cuando el saxofonista, Gary Bartz (domina con igual maestría el saxo alto y el soprano) se dio a conocer alcanzando enorme popularidad. En aquella época grabó varios discos acompañando como sideman al incombustible baterista, Art Blakey o al no menos explosivo, Max Roach. También son dignos de mención sus colaboraciones con Jackie McLean, el pianista, McCoy Tyner o con el mismísimo, Miles Davis. En definitiva, Gary Bartz, es un músico solicitadísimo en la escena mundial del jazz y su experiencia al lado de las figuras consagradas del jazz, le proporcionaron un terreno que supo aprovechar para iniciar su carrera en solitario.
Desde 1967, está en un proyecto cultural y musical casi enciclopédico. Buscó en las raíces afro americanas las claves de su música y desde el gospel, pasando por el blues, o el funk, sorteó dificultades de todo tipo para encontrar el eslabón entre la tradición y la modernidad.
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