Como tantos otros trompetistas crecidos durante el imperio absoluto del genial Louis Armstrong, Bill Coleman, convivió con ese peso en la época que la trompeta era el instrumento rey del jazz. Nunca nadie ha reconocido en este músico su capacidad y su calidad dentro de la música afroamericana y su estilo, elegante, sólido y de buen gusto que imprimía a su trompeta. Sus grabaciones con Coleman Hawkins, Teddy Wilson, Benny Carter o la orquesta de Andy Kirk así lo atestiguan.
Olvidado por sus paisanos y alejado de los circuitos importantes del jazz en los Estados Unidos, Bill Coleman, emigró a Europa donde se instaló para siempre y fue un modelo y un maestro para centenares de músicos del viejo continente que veían en el las raíces del jazz. En 1967 grabó para el sello Black Lion, lo que es una de las joyas del swing. Un mano a mano entre él y el saxofonista Ben Webster que fue una pura delicia.
Bill Coleman falleció en Toulouse (Francia) en 1981.
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