SONNY       ROLLINS
 SAXOFÓN                         TENOR
SAXOFÓN                         TENOR
Theodore Walter "Sonny" Rollins               (New York, 1930) nació en el seno de una familia de emigrantes               venida desde Las Islas Vírgenes, en las Antillas. Su hermano               tocaba el violín y el comenzó desde pequeño a tocar el piano.               Por aquella época y siendo adolescente, compatilizaba sus               estudios en la Universidad con el saxofón alto, instrumento               utilizado por               Louis Jordan,               por aquel entonces muy popular.               Pasada esa afición inicial al saxo alto, adoptó definitivamente               el saxo tenor y en New York, comenzó a frecuentar los ambientes boopers,               y con dieciocho años, participó en sus primeras sesiones de grabación               bajo la dirección del cantante Babs               Gonzales, con               el sello Capitol               y con el trombonista, Jay               Jay Johnson               para Savoy.               Ese mismo año de 1948, el pianista, Bud               Powell, le               elegía para formar parte de un quinteto -junto al trompetista,               Fats Navarro               - que dejó               para la posteridad, los álbumes "Bouncing               With Bud"               y "Dance               of the Infidels"               para Blue               Note               ambos. Al año siguiente empezó a grabar regularmente para la               casa Prestigie,               bajo el liderazgo de Miles               Davis, y ya               en diciembre llegaron los primeros discos a su nombre.                                  Con una progresiva maduración artística e instrumental, Sonny               Rollins, grabaría               en 1953 y 1954 al lado de The               Modern Jazz Quartet, Tkelonious Monk, Art               Farmer               y especialmente, con Miles               Davis, y en               una de esas sesiones de grabación, tuvo por fin la oportunidad de               grabar con su idolatrado, Charlie               Parker. En               aquel año presentó sus primeras composiciones y algunas de ellas               se han convertido con el paso del tiempo en estándares del jazz,               como : "Óleo",               "Airegin" y "Doxy".               Dejó New York con una excelente reputación y se instaló en               Chicago donde coincidió con su amigo, el batería, Max               Roach, que               actuaba con un quinteto en el que estaba, Clifford               Brown, a la               trompeta. Roach le propuso unirse a ellos en sustitución del saxo               tenor, Harold               Land, y su               permanancia con el baterista, duró año y medio.
                                  Sonny Rollins, grabaría al año siguiente el disco cumbre de su carrera:               "Saxophone               Colossus" (Prestige,               1956)               con Tommy               Flanagan al               piano, Doug               Watkins, al               bajo y Max               Roach a la batería.               En ese disco está el tema: "St.               Thomas",                una composición que inaugura las inclinaciones de Rollins por el calipso               -una herencia materna - y la obra maestra,               "Blue Seven",               un blues conceptualmente extraordinario. Aquel gran año, se               cierra con Sonny               Rollins de               jazzman de               Thelonious Monk               en el disco "Brilliant               Corners",               otra logradísima obra de Monk. Al año siguiente modifica el               formato de su música y cambia el soporte del piano y opta por el               contrabajo y la batería. Así graba "Way               Out West"               (Contemporary,               1957), la               maratoniana sesión en el Village Vanguard (Blue               Note, 1957)               y la "Freedom               Suite"               (Riverside,               1958).               A pesar de su extraordinario éxito en los cincuenta, y de estar considerado               uno de los grandes saxofonistas del momento, la aparición de Ornette               Coleman y la eclosión               de Coltrane,               en su etapa moderna, le habían desplazado de la vanguardia del               jazz de la época. 
                                  Decidió               tomarse un respiro de un par de años donde se le veía muy a               menudo ensayando de noche en el puente neoyorquino de Williamsburg               -que une Manhattan con Brooklyn -y a la vuelta grabó para RCA               en enero de 1962, otro de sus grandes discos: "The               Bridge".               En ese álbum, se ve a un Sonny Rollins sereno, majestuoso y con un               estilo depurado. El cuarteto que acompañó a Rollins en esa grabación               fue: Jim Hall               a la guitarra, Bob               Cranshaw, al               contrabajo y Ben               Riley a la               batería. Al año siguiente graba con el maestro Coleman               Hawkins,               otro disco extraordinario a pesar de que ambos tocaban un sonido               radicalmente distinto. En 1966 grababa la banda sonora de la película               "Alfie"               protagonizada por Michael               Caine y al               año siguiente reúne la rítmica de Coltrane -Elvin               Jones a la               batería, Jimmy               Garrison al               contrabajo- mas Freddie               Hubbard a la trompeta               para grabar su postrero intento de subirse  a la corriente               free del jazz: "Broadway               Run Down"               (Impulse,               1966).
                                  Un nuevo retiro, esta vez desde 1969 a 1971 donde inicia  un flirteo con el jazz rock               que no parece convencerle. Visita la India, estudia yoga y               religiones asiáticas y desconcierta a los críticos y puristas               que, sin embargo, no se fijan en que Rollins conserva en el jazz               rock mas elementos del bop que ningún otro músico. Ya,               a principios de los ochenta, volverá a ser ese improvisador               impetuoso y lírico que ha dejado atrás sus inquietudes.                              Riguroso y               austero, preocupado por la perfección, no cesará jamás de               explorar el jazz. Hoy, ya septuagenario y con un reciente disco en la calle                              "This is               Whaty it Do"                (Milestone,               2000)               Sonny Rollins, es, sin duda alguna,               el último de los gigantes del jazz que continúa               con vida.